Corrientes de Caronte
Con fuerza de odisea abrazan un plástico. Lo encierran entre un cuerpo con direcciones profundas y un par de cuerdas náuticas, o manos, que las salvan de ahogarse entre las almas de un Estigia bien camuflado. La presión del aire contra la de las aguas de Caronte deja entumecidos varios cuerpos en el medio. Gea y Urano se encuentran más presentes de lo que usted percibe.
El arrastre incontrolable de la corriente se les ve particularmente en la piel. Las ropas que cinchan y desgastan una prisión física hasta eliminar la corporeidad. Es un elemento curativo porque hincha, destruye y libera hasta que la física permita la entrada al Hades. Pero este no permite el libertinaje y castiga, y le envía a Dante una pintura para que arme sus propias tablas de Moisés.
Tantos rostros de párpados muertos y labios fríos. Esperan remojados ver pasar la barca para fiarse de la pena del barquero y volver a la mortalidad, pero este los ha abandonado y solo vende sus servicios a quien le dé oro que pueda degustar con la yema de sus huesos.
Son pocas las mujeres en el Archipiélago de Zanzibar que pueden manejar los altos precios de ser mortal, por lo que algunas han aprendido a nadar y a hacer rescates en el Océano Índico, sobre las costas de Playa Muyuni. Tradicionalmente se las desincentiva a moverse en el agua por costumbres conservadoras del Islam y por la ausencia de trajes de baño adecuados a su modestia. Panje Proyect les da esta oportunidad sin comprometerlas con su religión. O con Caronte, siempre cabe la posibilidad.
Muy bueno Fede!!!