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La política del sentimiento

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Muchos están llorando, muchos no entienden qué ha pasado. La política ha llegado a un punto en el cual no se entiende a sí misma.


Cuando hablo de la política, en realidad estoy pensando en el hombre. Sí, perdonen, me voy a poner un poco filosófico, es un vicio, pero creo que es un momento de parar un minuto y pensar. Puede que mi análisis esté equivocado, pero por lo menos creo que puede servir para aclarar en todo caso por qué lo estoy.

Conversando con algunos alumnos desde hace tiempo, todos entendían dos cosas 1, es obvio que gana Hillary; 2, es obvio que el votante de Trump no es racional. Hoy, ellos que pensaban más o menos lo mismo que el 80 % de la prensa que se lee en América Latina, consideran que esto es un horror, y en muchos casos parte de sus reflexiones apuntan a mostrar las debilidades del sistema democrático, o los peligros del votante irracional. Lo que no descubren es que ese sentimiento que tienen también es hijo de una irracionalidad, en parte porque la política desde siempre trabajó sobre sentimientos más que sobre argumentos o juicios prácticos.

La comunicación es importante para dar a conocer las ideas. Sin embargo, en el último tiempo se volvió la razón última y el problema principal de los políticos. Los medios se han vuelto cada vez más fugaces, más efímeros, por lo cual los mensajes son cada vez más breves. Nadie resiste en una pantalla más de 5 minutos, y eso exige que los mensajes tampoco ocupen más de 3 minutos, o menos.

¿Qué tipo de mensaje se puede construir en 3 minutos sobre el futuro de un país? ¿Cómo hacemos para llegar a un gran espectro de personas? Esas cosas no entran por argumentos, entran por recurrir a lo más simple: el sentimiento. Y es por eso que la transmisión de las ideas políticas de antaño, con grandes desarrollos, se ha reducido hoy a referencias sentimentales, o a eslóganes de los que podría afirmar cualquiera de las partes.

Los sentimientos son muy relevantes para la acción, tal es así que hay toda una corriente ética que considera a los sentimientos como origen de la moralidad. El mismo Aristóteles entiende que son muchas veces los sentimientos los que nos revelan nuestra percepción de la moralidad de la acción. Sin embargo, también advierten que hay una distancia entre lo que siento y lo real, y puedo hacer un juicio sobre ellos. Puedo darme cuenta de que al reírme por el golpe que se ha dado alguien estoy siendo malévolo. Y por ello tengo que buscar la empatía en esa circunstancia y corregir mi sentimiento. Es decir, necesito pensar si mis sentimientos se adecuan con lo real, o si el sentimiento del otro lo hace, y ayudarlo. Eso normalmente sucede en los procesos educativos. Los sentimientos están en la parte más básica de nuestra estructura de la acción y son importantes en nuestro desarrollo porque son una guía eficaz de la acción y, sobre todo, más rápidos que un argumento.

El amor, la esperanza, la confianza o el miedo y el odio son formas sentimentales que han ocupado un especial lugar en el debate político. Se los puede evaluar y considerar como elementos de comunicación, pero también es necesario pensar si son coherentes con el entorno que nos rodea. Por ello, el origen del sentimiento me habla de su sentido. En este tiempo lo que no se ha puesto sobre la balanza es si se entendió el origen de todos esos sentimientos, qué afectos fueron la base que los generaron, la razón de fondo por la que surge ese sentimiento. Si ese sentimiento no tiene fundamento, es percibido como básico, luego parece innato, y parece obvio que todos deberían participar del mismo. Aquel que no lo tiene debería ser segregado o se le debería excluir del grupo de los “buenos”. Es por eso que la ausencia de fundamento y comprensión de los sentimientos, el tomarlos como algo dado, hace casi imposible la empatía o la comprensión cuando el sentimiento del otro es un sentimiento distinto al mío. Y es en este sentido que, en estos días, oiremos a muchas víctimas de la política del sentimiento preguntarse si acaso todos están igualmente capacitados para votar.

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