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Category Archives: Ficción

Retorno

Es otoño y ya es tarde. Calladamente, se han ido marchando. Queda el silencio donde habita la ausencia. Una inmensa distancia desde la que van retornando todas las pérdidas.

Papel de regalo

No tenía maquillaje, ni estaba peinada. Estaba a punto de irse a la cama y, sin embargo, me regaló la misma sonrisa de siempre. La de los últimos 18 años. La bombilla de luz sobre el espejo del baño iluminó por completo su cara y,

El último beso

Lunes, 5:30 de la mañana. “Ya es la hora, andá preparándote”, me dice papá mientras me toca la espalda. Abro los ojos y me quedo quieta por un minuto. Me paro del sillón, me pongo las manos en la cintura, miro a mi alrededor, suspiro

¿A dónde van las cosas?

Poco -o nada- importan las cosas. Lo dicen las religiones, los hippies, una serie de Netflix, Zitarrosa. Cuanto más prescinde de los objetos, dicen, más feliz se es, más liviano se transita por la vida, y eso, aparentemente, es bueno. Si lo dicen los sabios, debe

Un trapo sucio

“Parece una casa abandonada”, le decía la mujer cuando llegaba de trabajar. Se paraba en el portón antes de entrar, miraba el jardín, abría la puerta de la casa y le reprochaba el abandono y el descuido al hombre sentado en el sillón. Decidió que

Las cosas no van bien

Estaban acostados en el pasto. Eran ellos dos y el campo. Él tenía los ojos cerrados. Ella no sabía si se hacía el dormido o de verdad dormía, pero eso la tranquilizaba. Siempre le pareció una mala señal cuando alguien no cierra los ojos mientras

Manchester

Antes, Mario desayunaba en el Manchester. Pedía un cortado, una medialuna y dos vasos de agua. Pedía los dos a la vez para no morir de sed entre que terminaba uno y se lo volvían a llenar. A las 8, el mozo de turno, que

La plaza

Salvador fue el primero en llegar a la plaza, a ese lugar de la plaza que quién sabe por qué razón nos apropiamos, si ni siquiera tiene un banco. Es un pedazo de pasto bastante incómodo para sentarse. Lo habremos elegido, sin darnos cuenta, porque

Mediotanque

Volví a mi casa. Salvo por algunas construcciones nuevas, todo seguía igual en la pequeña ciudad que ya no era tan pequeña. Llegué por la mañana, y esperé en el living a que fuera una hora razonable para visitar a mis amigos. Mis padres dormían.

El sujeto

El sujeto acostumbraba a que la vida lo atropellara. El tiempo siempre está en ventaja y por mucho que el sujeto corriera, el sujeto nunca podría ganar. El sujeto decide dejar de correr, hacerse a un lado y caminar admirando el paisaje. Levanta los brazos