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La plaza

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Fotografía: Delfina Milder


Salvador fue el primero en llegar a la plaza, a ese lugar de la plaza que quién sabe por qué razón nos apropiamos, si ni siquiera tiene un banco. Es un pedazo de pasto bastante incómodo para sentarse. Lo habremos elegido, sin darnos cuenta, porque los bancos de las plazas imposibilitan el contacto visual entre los interlocutores cuando son más de dos.


—¿No fumás? Le pregunté.
—No. La otra vez estaba comprando un lavarropas y empecé a sudar, no podía parar, después veía todo blanco, me temblaron las piernas y tuve que salir corriendo. Desde ahí no fumo más.

No supe qué decir. Le dije que traía mate y yerba Canarias. “No me digas Canaria’ amarilla porque empiezo a sudar”. Nos reímos. Y al mismo tiempo que me reía, pensaba en cuántos de nosotros habremos salido corriendo de supermercados. Sudorosos y con la vista nublada.

Después llegó Tatu. Nos dimos un beso como si nos hubiéramos visto el día anterior. En realidad, hacía un año que no volvía a mi ciudad. Se la veía inquieta, o quizá se había vuelto inquieta, como Salvador se había vuelto paranoico. Después del protocolar “cuándo llegaste” y “cuándo te vas”, contó:

—Ayer salí de casa a airearme un poco, y a media cuadra había una mujer acostada en la calle. Estaba tapada, pero no hasta la cabeza. Vino un policía, la miró, y se fue a llamar por celular. Llegó la ambulancia, el médico la miró y se fue a hacer otra llamada. Me contaron los vecinos que se ahorcó en el balcón de su casa.
—¿Pero se mató? Pregunté.
—No. No sé. Todos dicen “intento de suicido”, entonces no.

Salvador no dijo nada. Noté que la pierna le había empezado a temblar.

Volviendo a casa, en un ómnibus que no tomaba desde principio de siglo, pensé en las cartas escolares, donde jurábamos amistad para siempre entre compañeras de clase. No sé qué es de la vida de ninguna de aquellas personas. Quizá aquello que jurábamos sea un poco como el beso y el abrazo corto que me dio Tatu.

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2 thoughts on “La plaza”

  1. Fernando says:

    Hola, Delfina. La plaza, junto con Mediotanque, están mucho mejor que los relatos anteriores. Sos de corregir lo que haces?

    1. Delfina Milder
      Delfina Milder says:

      Hola! Eso intento. Estos últimos dos son un poco más personales. ¡Muchas gracias!

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