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“El que quiera conocer el campo, que venga, que lo vamos a recibir e informar de primera mano”

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Fotografía: cortesía familia Guigou


Una historia digna de admirar: comenzó vendiendo frutas y verduras a sus conocidos y hoy tiene una empresa que ocupa 25.000 hectáreas en producción agrícola a lo largo del país, Agronegocios Del Plata.
Líder Guigou relata cómo fueron sus inicios en el campo y en qué aspectos ha progresado el sector rural. A su vez, no le escapa a los temas de actualidad: opina sobre la brecha existente entre campo y ciudad, los transgénicos y la tan debatida ley de riego.


¿Cómo fue comenzar sin recursos, desde cero? ¿Cuáles fueron las claves de su éxito?
Mis comienzos fueron con un caballo y un arado de mancera, con ellos hacíamos quinta (cebolla, zapallo, papa) y después la vendíamos en Dolores, cuando podíamos ir, a gente conocida. Así fue el arranque, que siguió después con el Plan Agropecuario que nos dio la primera mano para empezar a hacer praderas e ir evolucionando. Las claves del éxito fueron tener un rumbo fijo y seguirlo siempre con mucho trabajo. A veces se ponen algunas curvas en el camino, pero uno vuelve a retomar el sendero que había tomado, siempre tratando de evolucionar y yendo hacia delante.

¿Siente que la ciudad no valora lo suficiente la contribución del campo para el progreso nacional?
Si la gente de ciudad se pusiera a pensar todos los días y corroborara lo que come de mañana, al mediodía y por la noche, se daría cuenta de qué es el campo y cómo está presente en su vida. Porque todo lo que come se produce en el campo y luego se lleva a la ciudad. Aquí se producen todo tipo de comestibles. Y, si se pusieran a pensar, se darían cuenta de qué es lo que se hace en el campo a cielo abierto.

¿El prejuicio sobre el sector rural ha estado presente desde que usted comenzó con aquel caballo?
Siempre hubo una diferenciación entre la gente de campo y la de ciudad. No solo en Montevideo, también a veces pasa en las ciudades del interior. Y la gente está al lado, pero no se informa y sería bueno que la gente se tratara de informar, viniera a nuestros establecimientos y viera la realidad que se vive en el campo.

¿Considera que existe una brecha entre campo y ciudad?
La brecha entre campo y ciudad no sé cómo tomarla. Estamos en un país chico en el que, si nos queremos conocer, lo hacemos en un rato, solo es buscar información y venir a enterarse a las zonas de producción. Y no tomar una realidad que no conocen para criticar y esforzarse en hablar sin saber.

“Conectar campo y ciudad es un trabajo que se tiene que hacer desde parte del Estado y de nosotros, los productores, que a veces somos muy reticentes a explicar nuestra forma de pensar”

¿El turismo podría ser una solución para amplificar el contacto entre ambas partes?
Sí, el turismo sí; pero tendría que ser más real. No pasearlos por los caminos sin llegar a los establecimientos ni enterarse de qué es lo que sucede. Es muy lindo ver un trigo, una colza o una soja en el camino y no saber cómo es que se produce eso, porque cuando se ve desde allí parece que todo es más fácil y lindo. Pero no te olvides, por ejemplo, que este año que pasó tuvimos una sequía tremenda que liquidó casi todos los cultivos de verano y generó que la producción se nos fuera al suelo. Y eso, si no lo ven, no lo pueden informar. Es un trabajo que se tiene que hacer desde parte del Estado y de nosotros, los productores, que a veces somos muy reticentes a explicar nuestra forma de pensar. Ustedes, los que van a ser y los que son periodistas, generalmente nos hacen entrevistas desde Montevideo, pero no vienen a ver la realidad que hay en el país y en la producción.

Recientemente, en una entrevista que le concedió al diario El Observador por el 15 ° aniversario de Agronegocios del Plata (ADP), su hijo definió el progreso que ha tenido la compañía con el fragmento de un poema: “Caminantes son tus huellas al camino y nada más, caminante no hay camino, se hace camino al andar”. ¿Cómo definiría usted el progreso de ADP?
Yo creo que el andar se hace llevando siempre adelante las cosas que son innovar, tratar de estar al día en todo e ir marchando acompasadamente con los progresos que nos va dando la tecnología. No hay duda de que, en los últimos años, las dos grandes tecnologías que vinieron a imponerse en la producción fueron la labranza cero y, después, los transgénicos.

Durante una charla, Diego, su nieto e Ingeniero Agrónomo de ADP, me comentaba que existe desinformación sobre los transgénicos y que, si bien aún no se ha comprobado que son dañinos, se los cataloga como si los fueran cuando, en realidad, resultan muy productivos, incluso más que lo orgánico. ¿Coincide con él? ¿Por qué?
Indudablemente que sí, porque de ahí proviene la producción y los adelantos tecnológicos que nos ayudan a darle de comer al mundo.

“La base y el núcleo de la ley de riego es aprovechar el agua que nos viene del cielo, represarla y poderla distribuir después en cultivos”

¿Está de acuerdo con la Ley de riego? ¿En qué lo beneficiaría?
La Ley de riego es un adelanto muy importante para el país, no sólo para los productores.

Marcos y Diego me comentaban que la idea de esta ley no es comercializar el agua a nivel nacional sino hacer una represa de la que los productores se puedan servir.
Exactamente, es así. Eso es la base y el núcleo de la Ley de riego: aprovechar el agua que nos viene del cielo, represarla y poderla distribuir después en cultivos para que, en épocas de sequía, sean mucho más productivos que si no lo tuviéramos en riego. Siempre hay gente que no sabe dejar que los otros hagan y lo que hacen es criticar y poner piedras en el camino. ¿Por qué no vienen? Sería bueno que vinieran al campo y vieran cómo se riega y cómo es que se aprovecha el agua que viene del cielo. Si no tuviéramos tajamares y represas para regar, se iría todo al mar y no sería aprovechado de ninguna forma.

Sofía, su nieta y encargada del área de Comunicación Institucional de ADP, nos comentó que el sector agropecuario está dispuesto a reducir la brecha entre campo y ciudad y consideró que “no es un puente que no tenga las puertas abiertas de este lado”. ¿Qué piensa usted?
Nosotros siempre estamos abiertos a dar a conocer nuestra forma de trabajar y de pensar. El que quiera conocer el campo, que venga, que lo vamos a recibir e informar de primera mano.

Mitos y realidades

¿Los productores agropecuarios son homogéneos?
No. Hay diferentes formas de pensar, de encarar las cosas y eso nos hace bien a todos. Si fuéramos todos detrás de una sola forma de producir, no habría innovación.

¿En la producción agropecuaria se utiliza tecnología?
Ese ha sido uno de los progresos enormes del trabajo en el campo y que la gente no conoce. La tecnología que se aplica hoy en la cosechadora, en los tractores y en todo lo que se produce es enorme. De repente, yo ya quedé un poco atrás porque la tecnología va tan rápido que es un poco más para los jóvenes y los que vienen empujando del carrito.

 “Hay [dificultades enormes] en zonas más apartadas donde no ha llegado la luz y no tienen caminos ni escuelas para que los hijos vayan a estudiar”

¿Cómo es la calidad de vida de los productores agropecuarios?
La calidad de vida para nosotros es extraordinaria. Yo vivo en el campo, me crié, nací y sigo viviendo aquí. Para mí, hay lugares y formas que son extraordinarias de vivir. De eso no hay duda. ¿Que hay dificultades enormes? Sí, las hay en zonas más apartadas donde no ha llegado la luz y no tienen caminos ni escuelas para que los hijos vayan a estudiar. Esto dificulta enormemente la calidad de vida y genera una brecha que es muy difícil de cubrir.

¿Y usted cree que el Estado debe intervenir para reducir esa brecha que existe en ciertos sectores del campo que están más aislados?
Indudablemente, sé que se ha hecho mucho con la electricidad, pero se tiene que seguir trabajando al respecto para que, al igual que como el 100% de las personas de la ciudad tienen luz eléctrica, el campo también disponga de este servicio básico. También se debe mejorar enormemente los caminos porque eso es lo que distancia un poco a los establecimientos rurales de las ciudades. ¿Qué hay que hacer entonces? Llevar a los hijos a la ciudad.

¿Los establecimientos agropecuarios están aislados?
No, solo en algunas zonas, en la nuestra los establecimientos agropecuarios no están aislados, al contrario, se conectan cada vez más y tenemos una tecnología que nos permite, desde nuestras casas, enterarnos de qué pasa en el mundo y seguir la evolución de todas las cosas que suceden.

“A veces los horarios del productor van desde que sale el sol hasta que se pone, y más también”

¿Qué es lo que diferencia al productor agropecuario de otros trabajadores?
Nosotros vivimos otro tipo de vida, no bajo un techo u ocho horas, a veces los horarios del productor van desde que sale el sol hasta que se pone, y más también. Y de esa forma es que se puede seguir adelante con la producción.

Es decir, lo que los diferencia es el ámbito de trabajo.
Sí, nosotros trabajamos a cielo abierto y tenemos que trabajar con el clima, no en contra, pero con el clima. Ir adaptándonos a lo que él nos presenta, cosa que, sin desmerecer en absoluto el trabajo que realizan, no sucede en una farmacia. Allí, si el techo no se llueve, no hay problema.

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