Jaime Abello, periodista
El cofundador y Director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) visitó la Universidad de Montevideo para intercambiar ideas sobre los desafíos a los que se afrontan los medios y exponer la faceta periodística de Gabo
Jaime Abello es, sin lugar a dudas, periodista. Prefiere preguntar que responder, marcar los tiempos, dominar la conversación antes que esperar que esta tome su propio rumbo. Apenas llegó al desayuno con profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Montevideo, y tras saludar a cada uno de los invitados con un apretón de manos y un breve intercambio de palabras que le permitía saber, en pocos segundos, quién era cada persona y cuál era su posición en la reunión, Abello dejó salir su instinto periodístico. Su interés se centraba en los medios uruguayos: sus principales desafíos, cuáles son los más innovadores, cuáles pertenecen a una corriente política u otra.
Como buen periodista, el cofundador y Director de la FNPI se mantuvo atento no solo a la conversación sino también al lenguaje no verbal de sus -al parecer- entrevistados: “¿Por qué esa cara de escepticismo?”, preguntó a un profesor que le dio una respuesta débil a una de sus preguntas. No dejó pasar ninguna contestación, repreguntó, se interesó.
Luego del desayuno, tuvo lugar una charla del colombiano dirigida a todos los alumnos y profesores de la Universidad interesados en la causa. Allí, Abello habló, sobre todo, de Gabriel García Márquez como periodista, quien hizo “todo lo que le corresponde hacer un periodista”, según explicó. Además, recordó el rasgo característico del Premio Nobel de Literatura: supo combinar periodismo y literatura. Al respecto, Abello explicó: “No hay que establecer una frontera, el periodismo es un género literario. El pacto de lectura y ética con el que se aborda el texto es distinto, pero se podría escribir excelentemente con valor literario artículos periodísticos”. Aun así, recalcó que son dos territorios y dos dominios distintos.
Por eso, Abello afirmó que “el periodismo narrativo puede ser ‘puro y duro’ en el sentido de la investigación periodística”, y que es eso lo fundamental del género: no se trata solo de escribir bien, sino que sea el resultado de un trabajo periodístico de investigación y reportería. “Gabo encontró en el periodismo la vida, lo sacudió el exceso de vivir solo en los textos”, continuó afirmado Abello, en la línea de que el periodismo requiere investigación y completa lealtad a los hechos, a pesar de que sea un “periodismo novelado”. Uno de los componentes del periodismo en que el colombiano hizo más hincapié fue en el hecho de actuar de buena manera a la hora de ejercer el oficio: cuidar la ética.
Jaime Abello afirmó que “pese a la censura se pueden hacer las cosas bien”. De hecho, García Márquez ejerció la profesión bajo esas condiciones en distintos contextos, pero eso no le impidió ser muy emprendedor y apostar por las iniciativas innovadoras. Abello recordó varias de sus apuestas, entre ellas un periódico que duró una semana y que se llamó “Comprimido”, dado su pequeño tamaño: “Esto era juventud, esto eran ´berraqueras´, como llamamos en Colombia a las ganas de experimentar”.
Desde este punto de vista, la incorporación de herramientas digitales y audiovisuales al periodismo narrativo serían aplaudidas por el Premio Nobel de Literatura, lo que justifica que desde la Fundación se premien este tipo de propuestas.
Un proyecto de más de 20 años
Fue a la vuelta de una cena en la que habían conversado sobre periodismo -y las amenazas que lo rodeaban- cuando Gabo encargó a Abello la tarea de pensar en un plan concreto para volcar sus ideas de contribuir de alguna manera al oficio. “Piensa en eso”, le dijo García Márquez con determinación. La FNPI tuvo su génesis en la aspiración de Gabo de crear el periódico “El otro” entre 1982 y 1983, idea que se vio desanimada por el hecho de que esa tarea lo alejaría de la literatura. A pesar de que García Márquez es recordado, en especial, por su faceta de escritor, Abello afirma que él quería ser rememorado por su labor periodística.
La fundación, que tiene más de 20 años y cuya presidencia estuvo a cargo de Gabo hasta que murió en 2014, honra ese deseo. Y lo hace a través de talleres, seminarios y charlas, tanto presenciales como a través de la web. A su vez, cuenta con un consultorio ético al que se puede acceder en caso de duda y es la encargada de organizar año a año el Premio y Festival Gabo para homenajear a jóvenes promesas del periodismo iberoamericano, además de apoyar otras iniciativas de premiación. Detrás de todas esas iniciativas está Gabo, quien, como explicó Abello, los sigue inspirando hasta el día de hoy.