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Candela Bado: “Nosotros somos los que estamos en el medio, sabemos cómo necesitamos que sea el espacio de trabajo”

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Fotografía: Federica Bordabery


Cuando Candela Bado (28) abre la puerta de la Pensión Cultural Milán, que funciona como espacio de trabajo para artistas de casi todas las disciplinas, apenas saca la cabeza y mira hacia el mundo del que se había olvidado. Sonríe y me hace pasar rápido, no vaya a ser que el silencio se escape de la Pensión. Bado es artista plástica y estudió en la Real Academia de Bellas Artes de La Haya, en Holanda. Cuando llegó a Montevideo, comenzó a acudir a esta Pensión en la que las habitaciones se alquilan a precios bajos para que los artistas de profesión puedan acceder a ellos. Hoy hay alrededor de 24 personas trabajando aquí, entre los que aparecen Jaqueline Lacasa y Juan Manuel Ruétalo.


Candela, ¿por qué decidís armar tu taller en una pensión cultural?
Porque me formé en Holanda y no conocía a absolutamente nadie. Ni siquiera a sus trabajos. Yo me fui con 18 años y me desvinculé totalmente de Uruguay, nunca me interesé mucho por ver qué estaba pasando, pero tampoco estaba bien comunicado.  Hay que fomentar maneras de comunicar eventos culturales. Acá, hay eventos culturales de los que ni te enterás.

¿Y cómo se logra fomentar?
Por ejemplo, desde la Intendencia empezaron a hacer una imagen de lo que es esta cuadra: las artes. Y se empezó a llamar El Bajo, hicieron la movida del Bajo. Hicieron un festival de Patrimonio y la Noche de los Museos.

¿Y así fue como se armó la movida en El Bajo?
En realidad, toda la comunidad del Bajo subió y después bajó, no funcionó. No sé cuáles son los planes, pero esto -la Pensión Milán- sigue funcionando, por ahora. Lo más valioso de estar acá es haber conocido a muchísimos artistas, y no solo a su obra sino su experiencia de cómo es ser artista en Uruguay. Entonces, conocerlos personalmente y la historia de su vida profesional es súper interesante, además de su trabajo, y lo mismo ellos conmigo, que ellos conozcan mi trabajo. Y ahí empezar, yo que soy muy soñadora, con la idea de posibles colaboraciones en un futuro.

¿Tienen alguna idea?
Al estar todos en la buena unos con los otros, también se generan iniciativas de exponer mismo acá, que tenemos espacios comunes. Hacer una especie de galería. Hay un espacio común donde yo hago mis talleres y otras personas que están en el tema música hacen sus toques, performances, charlas. Poder usar este espacio también como plataforma, yo le vi ese potencial cuando entré acá. No solo tengo este cuarto, que es para mí, sino que puedo hacer uso de los espacios comunes por si quiero gestionar una exhibición propia o con otras personas, por si quiero dar talleres.

Y está en Ciudad Vieja.
Todo el mundo me decía “¿te vas a ir todos los días hasta Ciudad Vieja?”. Pero bueno, la movida de artes visuales está en la Ciudad Vieja, ¿a dónde querés que vaya? No hay otro lugar para estar. Igual, tampoco tenemos redes y eso con el arte tiene que pasar más, porque el arte es para todos, no solo los que están en ese mundo. Si no, el arte no va a cumplir su más pura razón, que sea para todo el mundo. No tiene que ser elitista porque se vuelve tautológico, el arte hablando sobre el arte. Hoy en día, todo el mundo cuando se entera de que existe algo, lo primero que hace es buscarlo en Instagram para ver cómo es. Está bueno el tema de las redes como para presentar el proyecto. Lo que le falta a este lugar es estar verdaderamente abierto al público, no las puertas, porque es un lugar privado donde nosotros trabajamos pero que se comparta.

¿Es de libre entrada la Pensión?
No, porque no hay nada para hacer mientras no haya un evento, pero si hay, sí. Ese es otro potencial que yo le veo y por lo cual a mí me interesa estar acá en vez de estar encerrada en un garaje propio o en un local propio sola. Se pueden generar dinámicas de grupo que para mí son súper interesantes. Yo creo en el colectivo, no en el colectivo como “somos un colectivo…” sino en colaborar con el vecino. Creo en la pluralidad y acá hay mucha diversidad porque están los artistas visuales, pero también hay, por ejemplo, productores de música.

¿Cualquiera puede conseguir una habitación acá?
Si quisieras tener un taller acá estas totalmente bienvenido. Solo tenés que demostrar que estás haciendo algo: tenés que mostrar tu currículum y tu portafolio y que sos una persona que va a respetar el espacio porque acá estamos todos trabajando.

¿Y los artistas pueden vivir acá?
No, no está permitido vivir acá. Obviamente que hay gente que se queda porque trabaja toda la noche y se queda, pero vivir no. Igual, yo sugerí y creo que varios lo hicieron, y yo estoy dispuesta a ayudarlo, hacer una residencia artística y hacer un intercambio. Tengo muchos amigos colegas en Holanda que tienen un lugar similar para que nosotros hagamos un intercambio. O sea, nosotros recibir un artista acá y mandar uno para allá.

¿Eso no podría distorsionar el ambiente de trabajo?
No creo, es una persona y por un tiempo corto, ponele que dos meses. Me re interesa eso, porque ya lo he hecho. A mí me gusta mucho recibir gente, siempre que vienen extranjeros me encanta recibirlos y poder ayudarlos. Brindarle a ese artista que venga de intercambio una especie de apoyo. También para hacer networking, que es crucial porque esa persona también viene de algún lado donde también están pasando cosas. Y el día de mañana vos para allá y todo lo que va vuelve. Para mí este lugar tiene pila de potencial para hacer muchas cosas.

¿Qué más cambiarías?
Este lugar tendría que ser auto gestionado por los artistas, que tomen decisiones o manejen la agenda. Gestionar el espacio, básicamente. En los lugares en que yo participé en Holanda está muy bueno cuando los artistas auto gestionan porque nadie va a entender mejor que el propio artista. Nosotros somos los que estamos en el medio, sabemos cómo necesitamos que sea el espacio de trabajo. Otras personas que no lo están no entienden.  También está el tema del respeto al trabajo del artista. Creo que acá no hay mucha conciencia de respeto al trabajo del artista. Esto pasa mundialmente, pero creo que se está saliendo de ahí en muchos países. Si sos un artista y tenés una exposición, no te pagan. La única manera de ganar algo es que te lo compren. No te pagan por tu trabajo, tu trabajo es una venta. Entonces, creo que es difícil para algunas personas entender cómo es la dinámica de trabajo del artista.

¿Cómo fue el día que llegaste a la Pensión?
Cuando me mudé para acá no tenía nada. Mis cosas estaban en un barco viniendo. Tenía un espacio mucho más grande que este, y no tenía absolutamente nada. Lo único que tenía era una obra que me la traje conmigo en mi valija. Esas primeras semanas me dediqué a presentarme con los demás artistas.

¿Fuiste y tocaste las puertas?
Ellos vinieron a mí porque son re buena onda. Más allá de que cada uno está en su taller y trabajando. Está todo el mundo súper concentrado y en su mundo. Es un ambiente de trabajo. Cada ventana que miraba veía como un mundo diferente, el mundo estético de cada artista.

A lo Hitchcock.
Claro. Y ahí, bichando, fui diciendo “hola, yo soy Candela” y la verdad que todas las personas me dieron una bienvenida súper cálida. Inmediatamente empezamos a hablar, que era lo que yo estaba buscando de su experiencia acá: cómo trabajaban, cómo era el trabajo de artista acá. Esos primeros días fueron pila de informarme de cuál es la dinámica de acá. Yo me tenía que adaptar porque la dinámica de la que yo venía es nada que ver.  Y hoy hace casi un año que estoy acá. Hoy en día me siento igual de motivada que cuando llegué, pero obviamente tuve que aterrizar y decir “bueno, las cosas acá no son tan fáciles”. No son tan fáciles pero de a poco van saliendo.

¿Qué sonidos escuchas desde tu taller?
Por lo general trabajo durante el día, entonces los sonidos más que nada son la circulación de las personas. Además, varios son amigos. Hay bastante comunicación entre un taller y otro. Después, la mayoría de los artistas trabajan con materiales silenciosos. Pero los martes de noche tengo abajo una banda de rock pesado abajo. Vibra todo. Yo escucho a los vecinos y ellos me escuchan a mí. A mí me gusta que las personas miren para adentro. Antes dejaba unas obras terminadas y al otro día venía alguien y me decía. Parte de lo bueno que tiene estar acá es que otras personas sean partícipes de mi proceso. Eso es lo que secretamente quiero de este lugar. Tener feedback, no quiero tener una práctica totalmente aislada.

Estás rompiendo con el mito del artista solitario.
Esta buenísima la idea de crear en soledad. Pero igual necesito tener en el proceso a alguien porque si no es una conversación conmigo misma. También tengo que ver las primeras impresiones, cómo reaccionan las personas. A otros no les gusta, les gusta quedar en absoluta soledad y no les gusta que mientras están desarrollando un cuadro vos entres, pero eso va en cada uno.

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