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CineforUM, Temporada 1

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Habíamos quedado en seguir conversando cuando terminara el primer semestre “de locos” del año pasado. Acudí al micro despacho de Sardi y retomamos el tema:

-Diego, como te decía, me gustaría organizar un ciclo de cine debates con algunos de tercero.
-Y a mí también con los de segundo, que me lo acaban de pedir. Los chicos necesitan bocanadas de algo presencial y esta sería una buena salida.
-El cine es ideal para exponer y discutir ideas filosóficas que en mi curso no puedo encarar por falta de tiempo.
-Coincido, Jorge. Además, me interesa que vayan logrando un encare profundo en sus narraciones y realizaciones audiovisuales.


Coincidencia completa. Buen comienzo. Ajustamos detalles, y pocas semanas después nos sentábamos con los primeros fans para comentar -paradoja de comienzo- La llegada (Arrival), de Denis Villeneuve. Le siguieron nueve películas más.

Abro un paréntesis para confesar que me divirtió la inmersión en la jerga cinematográfica: plot hole, cameo, framing, location, theme (¡que no es lo mismo que el tema!). Además, aprendí que si alguien quiere saber de cine, no puede no saber quién dirigió tal o cual film. En fin, me fui acostumbrando. Cierro paréntesis.

Tratándose de una actividad extra, relativamente nueva, con aforo máximo de unos doce y sin créditos académicos -dato no menor-, la asistencia promedio fue un éxito. De 2° participaron: Andrea Amato, Emilia Torres, Nicolás Machado, Paula Castro, Sofía Gard y Victoria Flangini; y de 3°: Eliana González, Gonzalo Palomeque, Guzmán Lorenzo, Ismael Díaz y Matías Bonda.

Al éxito de la asistencia hay que sumar la agudeza de las intervenciones. Y no fueron themes fáciles, ni el de La llegada ni los sucesivos: El curioso caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button, Denis Villeneuve), El caballero oscuro (The Dark Knight, Christopher Nolan), La habitación (Room, Lenny Abrahamson), Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Michel Gondry), Relatos salvajes (Damián Szifron), Gravity (Alfonso Cuarón), Big Fish (Tim Burton), Días del cielo (Days of Heaven, Terrence Malick), El dilema de las redes (The Social Dilemma, Jeff Orlowski).

La sesión final consistió en una síntesis de lo debatido, bajo la consigna ¿cuáles podrían ser las constantes antropológicas latentes en las películas que vimos?

No sé qué opinaría Karl Jaspers (1883-1969) acerca del séptimo arte, pero bien podría suscribir la frase que encontré en un artículo de Hipertextual.com: “el cine es la herramienta más efectiva para expresar las emociones extremas que generan los enigmas de la realidad”. Emociones extremas que responden a situaciones límite, explicadas así por el filósofo alemán en su Introducción a la filosofía:

Estamos siempre en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si no se aprovechan, no vuelven más. Puedo trabajar por hacer que cambie la situación. Pero hay situaciones que son, por su esencia, permanentes aun cuando se altere su apariencia momentánea: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al azar; me hundo inevitablemente en la culpa. A estas situaciones fundamentales de nuestra existencia las llamamos situaciones límites. Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es, después del asombro y de la duda, el origen, más profundo aún, de la Filosofía.

Si el lector no quiere spoliers, que pare de leer, vea las películas, piense y tenga buena suerte. Aquí vamos.

***

Las situaciones límite que enfrentan los variados personajes (characters) analizados a lo largo de nuestros debates, revelan la búsqueda de felicidad y de sentido intrínseca a la condición humana, signada por la necesidad de amor, de libertad y de verdad. Las tramas (plots) suelen presentarles la complejidad de la vida con sus dilemas morales; la necesidad del control afectivo para responder con madurez ante la imperfección del mundo, la incomprensión ajena y la propia fragilidad; el valor inestimable de las relaciones interpersonales cuando se  cimentan en la confianza, la comprensión y el sacrificio mutuos; el descubrimiento de que la libertad no es solo una cuestión de elección sino que, en última instancia, significa aceptar por propia voluntad las posibilidades de mi existencia.

En suma, un conjunto de universales humanos magistralmente dramatizados, que fuimos anotando, palabras más, palabras menos, en la pizarra.

***

Terminamos con una entretenida merienda en el jardín. Pero el verdadero cierre lo definimos con Diego de vuelta en su despacho: un resultado alentador que merece una temporada 2 para este año.

To be continued.

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