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Con árboles de fondo

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Fotografía: EFE


Hay situaciones de las que el ser humano, justamente por ser humano, se aleja. Algunos de nosotros, obligados a tomar protagonismo en el asunto, nos acercamos a una distancia prudente.


De la misma manera, los árboles de la ladera toman su distancia ante la presencia del automóvil devastado. Más adelante, solos, aunque en grupos de dos o tres, se encuentran los árboles familiares del fallecido.

El colorido denota no lo terrible de la situación, sino las caras largas y amargadas de los que asisten al funeral. Los árboles del fondo, que parecen tener menos vida que el cuerpo incinerado, mantienen su respeto ante la Muerte dejando varios metros deshabitados. Nadie quiere tocarlo y nadie quiere ser tocado por él. Parecen olvidarse de que hace unas horas era una existencia cálida, veloz y llena de vida. A algunos les corre sangre por las venas, a otros savia y a otros un poquito de petróleo.

Durante su vida este cuerpo fue trabajador y cumplidor. Es digno de una despedida mal despedida como la que se encuentra en escena. Los presentes incluso tuvieron la delicadeza de dejar una rosa sobre el cadáver. Le refregaron su propia muerte con una flor llena de vida en el pecho. Le mostraron lo que se estaba perdiendo.

Recién me doy cuenta de lo parecida que es esta imagen del incendio en Pedrógao, en Portugal, al funeral de mi abuela. Lejos del cuerpo los conocidos y un poco menos lejos los familiares.

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3 thoughts on “Con árboles de fondo”

  1. Maria Noel says:

    Demuestra una gran sensibilidad de la autora. Felicitaciones.

  2. Agustín Barboza says:

    Cuando un texto logra que uno empatice con un árbol, sabe sin dudas que es bueno. El relato es corto y muy bien logrado, dos cosas que siempre agradezco.

  3. Magdalena Reyes says:

    Gran imaginación que relatado de tal manera nos hace vivir esa escena que nunca se nos hubiera ocurrido.Viviendola con la misma sensibilidad de la autora.Buen futuro Fedita!!!Magdalena Re

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