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Visión del mundo

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Fotografía: Bénédicte Kurzen y Sanne de Wilde


Una sombra muy vivida, prácticamente igual a su sujeto. Muchos le dicen que nunca han visto dos seres idénticos, menos acompañándose, y que debió ser casualidad (por no decir alucinación). Fenómeno extraño, observable, admirable. No es la primera vez que los ve, hay tantos recortes caminando que ya ha comenzado a llamarse loco a sí mismo.


Este par tiene la tez oscura. Ha habido pocos con la tez blanca, pero los ha habido. Duda de si su creatividad ha pactado con la realidad en la que comulgan sus sentidos pero no lo sabe, no lo cree, está muy seguro de que son posibles. Hay uno que lo mira con indiferencia, el otro lo toca un poco y sacude su vista. A uno lo ve borroso, al otro claro. Le da miedo, es que son tantos.

Pasa por arriba un ave que no lleva una dúplica ni una sombra tan viva. Comprende que es un avistamiento extraño y que ha tenido el placer de observar su cotidianeidad. Todas sus cotidianeidades. Qué raro, es que son tan parecidos. Y caminan igual, y su cabello lo llevan igual (no todos), y sus miembros son iguales, sus labios y sus narices. Sin embargo, ha logrado captar una diferencia entre ambos, asimismo diferente entre ellos y otros como entre él y otros. No es visible, es difícil de comprender, pero es perceptible. Escuchó de algún viajero la palabra “alma”, le gustó, y así la llama.

Un pozo de agua le devuelve la mirada a Kehinde Azeem y Taiwo Kazeem (16) en las afueras de Tapa, en Nigeria. Sobre todo, en la zona sudoeste del país, entre los Yoruba, el número de nacimiento de mellizos es uno de los más altos del mundo. En Igbo-Ora ha sido reportado que prácticamente cada familia tiene hijos mellizos.

El primer mellizo en ver la luz es llamado Taiwo que se traduce en “tener la primera experiencia del mundo”. El segundo, Kehinde, es “llegado después del otro”. En respuesta a esta alta tasa de natalidad de mellizos la cultura africana ha respondido tanto a través de la veneración como de la demonización a través del tiempo. Hoy, la llegada de mellizos es asociada a la suerte y la riqueza.

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