Fotografía: Sebastián Sansón

Radio, cultura y “Sábado Sarandí”

La única alarma de su pantalla marca las 03:01. Jaime Clara (San José, 1965) detesta los números redondos. Siempre fue obsesivo con este punto. “Es un TOC”, declara entre risas. Las 03:01 de los sábados, cuando presenta la mañana de “Sábado Sarandí”, un programa cultural de la 690 AM que se ha consolidado como pilar de la emisora, se transforman en las 04:01 los días de semana. “No garroneo ni veinte segundos”, afirma. Jaime aprovecha el tiempo y no para desde la primera hora (sean las 03:01 o las 04:01 hasta las ocho de la noche aproximadamente, cuando regresa a su casa y, por lo general, le aguardan otras responsabilidades vinculadas con su trabajo).

Su rutina no varía: se levanta, prepara el mate, recoge todos los materiales que necesitará, va a buscar el diario y llega a la radio (ubicada en Enriqueta Compte y Riqué 1276 entre Arequita y General Fraga) a las cinco menos veinte entre semana y a las tres y veinte los sábados. A Jaime nunca le ha pesado madrugar, ya que se levanta desde temprano desde hace años, pues empezó a trabajar en Montevideo en una federación de cooperativas agrarias. Sus días han sido siempre más largos y este es su ritmo vital habitual, pero se siente “estupendamente bien” de salud y no siente efectos colaterales de su agenda tan cargada. Eso sí, reconoce que, si a las diez de la noche quiere ver una película o una serie para distenderse, llega un momento en el que inevitablemente empieza a “cabecear” y se da cuenta de que está cansado.

Clara, uno de los periodistas culturales más prestigiosos y completos del país, se mueve como pez en el agua en varios ambientes. El primero e indiscutido es la radio. Se trata del medio con el que se siente más identificado y en torno al que se ha desarrollado en buena parte de su carrera, desde sus inicios en San José.

El otro de los ambientes en los que Jaime se mueve como pez en el agua es el de la cultura en general. Desde agosto de 2017 lleva adelante junto con su esposa Alva Sueiras, con quien está en pareja hace cuatro años, el blog Delicatessen en el que hablan sobre libros, cine, gastronomía, temas culturales y otros “placeres mundanos”, como ellos los denominan. Dedica a esa web su único día de relativo descanso en la semana, el domingo. Aprovecha el horario libre que tiene para subir contenido y para hacer todo el “marketing” correspondiente a través de las redes sociales. El medio es, en su totalidad, autogestionado. No reciben ninguna remuneración económica por él; más bien, le ha generado algunos costos asociados al formato que, si bien es una plantilla predeterminada, implicó algunas modificaciones estéticas.

Esa web muestra las pasiones de la pareja, que  se conoció hace cuatro años y medio en una entrevista que él le hizo en El Observador TV. Luego la convocó para ir a Sábado Sarandí, con el objetivo “de seguir hablando sobre turismo sustentable”, entre otros temas. “Me salió bastante bien”, señala Alva y narra que, desde ese momento, quedó un vínculo de mutuo interés intelectual. Aquella entrevista duró 40 minutos y recuerda con exactitud el espacio en el que se emitió: “La que tiene los sábados a las 9:15 de la mañana después de la columna de Susana Mangana”. Ahí fue “el principio de esta otra gran historia”.

Las lindes de sus dedicaciones son poco visibles, porque encuentran armonía en el placer y el trabajo. Juntos van a restoranes, participan en catas de vinos, visitan viñedos, entre otras actividades. Son practicantes de “la cultura y los placeres de la buena vida, de la buena compañía y de la buena mesa”. Ella, docente en la Universidad Católica del Uruguay, encargada de la sección de gastronomía y turismo en la Revista Noticias Uruguay, columnista de temas gastronómicos y de turismo en Radio Sarandí; él, periodista, escritor y caricaturista. Sí, caricaturista y, en efecto, se ha impuesto hacer una caricatura por día y compartirla en sus redes sociales. Dibuja todo tipo de personalidades: políticos, escritores, periodistas… Suele respetar ciertas efemérides: cuando se conmemora el nacimiento de alguna figura, cuando se conmemora el fallecimiento o cuando se está en un contexto determinado asociado a una figura en especial (por supuesto, en este caso, el acontecimiento será de actualidad).

Para Jaime su trabajo implica una suerte de hobby: “Leer es un disfrute, dibujar es un deleite”. Insiste en que, en su caso, “las fronteras se desdibujan de alguna manera”. No obstante, reconoce: “Sí es cierto que llega un momento en el que sus prioridades están centradas en eso; no es una persona que se tumbe al sol sin hacer nada, sino que se tumba al sol y disfruta de un buen libro”. A su vez, atiende a reuniones sociales con amigos. Alva indica que, por suerte, él goza de buena salud y de un humor estupendo. “Tengo la sensación de que el día que pare o decida tomarse las cosas con un poco más de calma le puede venir un bajón físico (por el ritmo de su actividad)”, añade. Tiene un muy buen sentido del humor, “con una capacidad de divertimento muy entrañable”. Jamás llega a su casa enfadado, molesto o abatido. Incluso “le están surgiendo un montón de oportunidades fantásticas que no quiere desaprovechar”. Desde el punto de vista laboral, es muy pragmático y no podría ser de otra forma ya que, en ese caso, sería contraproducente en relación con su carga de trabajo. Es un “momento dorado” en su campo profesional.